El viernes pasado estuve de visita en el Instituto Santa Lucía, tradicional colegio de Florencio Varela. Tuve la posibilidad de dirigirme a los alumnos de las ocho divisiones de cuarto año. Los chicos habían trabajado en clase con el cuento “Entre Loria y Miserere”, que escribí hace algunos años atrás. Además de hablar sobre este cuento y explicar el mito que encierra, aproveché para tocar el tema de lo fantástico, y la profundidad que aporta en la literatura y en la vida.

Estoy muy feliz y sorprendido, porque esta visita surgió por iniciativa de los propios alumnos, y vi a muchos de ellos auténticamente interesados en el tema de la escritura. Pude responder sus inquietudes y charlar con algunos de ellos. Realmente creo que veremos salir escritores de esas aulas. Sé que algunos ya están encaminados en este sentido, y que tienen excelentes profesoras de Literatura de su lado como para llegar a buen puerto.

Esto me pone contento porque es una actividad maravillosa; y también porque soy un tipo de costumbres que ya se acostumbró a ver autores argentinos en los primeros puestos de los principales certámenes literarios internacionales dentro del género cuento, y me gustaría que siga siendo así por muchísimos años más.

Agradezco a las autoridades de la escuela por abrirme las puertas de su Instituto. A las profesoras de Lengua y Literatura por la posibilidad de dirigirme a sus alumnos, en especial a la profesora Emilce Staropoli que fue quien se comunicó para invitarme. Y a los chicos de cuarto año por el buen rato que pasé; en especial a Belén López, la autora intelectual de todo esto, ya que fue ella quien me contactó en primer lugar.

Espero que hayan pasado un buen rato, como yo lo pasé. ¡Ojalá se repita! Me queda un muy buen recuerdo de todos, así como también me queda este libro que me han obsequiado: